Loading...
El Proposito del Exito

El Proposito del Exito

La pregunta siempre es: ¿Por dónde iniciar para alcanzar el éxito? La falta de conocimiento nos vuelve vulnerables en relación a nuestro futuro. Sin embargo, cada persona tiene pasión por naturaleza, es aquello que nos gusta o nos hace sentir cómodos. Con el tiempo, tendemos a abandonarlo debido a las acciones de terceros, que hacen que lo que solía ser importante para nosotros deje de serlo. En muchas ocasiones, son nuestros padres, hermanos, familiares, las personas más cercanas, aquellos que nos aman, quienes nos obligan a dejar aquello que amamos hacer, sin la intención de hacerlo, solo como instrumento natural del ser humano, ya sea por considerarlo una habilidad no remunerada, por creernos poco profesionales en el área y que simplemente de manera inconsciente creamos acciones que siembran desconfianza en cada pensamiento.

Nosotros nos convertimos en piedra de tropiezo porque creemos erróneamente que nuestra pasión no tiene valor, ya que si es fácil para nosotros, pensamos que también lo es para los demás. Sin embargo, si observamos a nuestro alrededor, veremos que hay personas que no tienen ni idea de cómo hacer lo que nosotros hacemos con tanta naturalidad. Por ejemplo, leer: hay muchas personas, pero no todos están leyendo lo que nosotros leemos, ni mirando las mismas cosas que nosotros vemos a diario. Un ejemplo muy simple es si vivimos en cualquier parte del mundo, debemos entender que existen otras personas que no viven cerca de nuestra área, localidad o país, lo cual marca una diferencia. A veces no lo observamos de manera clara en nuestro alrededor, pero donde la distancia aumenta, aumentan las diferencias, ya que nuestras experiencias, emociones y culturas nos hacen diferentes, y precisamente esa diferencia es lo que nos hace especiales a la hora de encontrar nuestro propósito y destino. En ese espacio es donde podemos descubrir nuestra pasión y compartirla con el mundo.
Permíteme contarte una historia que me impulsa a escribir este mensaje. Cuando era niño, me encantaba pintar en los cuadernos e inventar historias. Recuerdo que mis cuadernos del colegio siempre estaban llenos de dibujos que para mí eran asombrosos, y creaba escritos llenos de aventura. Sin embargo, también recuerdo que no era bueno en el colegio, especialmente en el área de literatura.
Cometía grandes errores ortográficos y tenía dificultades para comprender muchos de los conceptos de la asignatura. Hasta el día de hoy siento que la información que se presenta en ella es muy compleja y me abruma.
Recuerdo que mi hermano me hizo una broma delante de muchas personas. Me preguntó el antónimo de una palabra y momentos después de responder correctamente, me pidió que dijera el verbo, mi mente pensó que me estaba pidiendo el sinónimo, y mi respuesta equivocada se convirtió en motivo de burla. No solo él, sino también mis otros hermanos se unieron para llamarme “bruto” delante de mis padres.

Deja una respuesta

Cerrar El Menú
×
×

Carro