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Sinopsis
Estos relatos exploran la complejidad de la mentira y la verdad en la vida cotidiana. Desde las implicaciones de la mentira en la construcción de nuestras vidas hasta experiencias personales que revelan las decisiones difíciles que enfrentamos. Se ahonda en la conexión entre la verdad y la mentira a través de enseñanzas bíblicas, reflexionando sobre cómo estas dualidades coexisten en la humanidad. A medida que el autor comparte su propia evolución espiritual, se destaca la libertad de creencias y la paradoja de vivir con la mentira y la verdad simultáneamente. La lectura invita a la reflexión sobre nuestras propias experiencias y creencias, explorando cómo estas dualidades impactan nuestras vidas y decisiones.
"La mentira forma parte de nosotros, pero solo la verdad nos hará libres"
Viendo una serie, me encontré con un dilema que dio un giro a mis pensamientos. Pude observar que la mentira, dentro de nuestro contexto de vida, puede ser tanto perjudicial como beneficiosa. Es como una paradoja sin sentido, pero que, cuando se practica con buenas intenciones, puede tomar forma. Con el paso del tiempo, he observado cómo la mentira se ha convertido en una práctica natural que ha afectado a muchas personas de diversas maneras, tanto positivas como negativas. De alguna manera u otra, siempre nos está afectando.
Cuando las personas mienten para influir en su entorno, generan un ruido que, a la larga, logra derrumbarse. Aunque, sin importar cuánto daño esto pueda causar, algunas personas continúan construyendo sobre estas bases. Imagina un edificio construido con bases que parecen sólidas, pero que en realidad son estructuras hechas con un material de bajo costo y que no cumplen con los estándares de construcción. Al principio, vemos una estructura hermosa con buenos pisos, incluso podría parecer un edificio de lujo, pero en su interior oculta un daño que a la larga puede ser irreparable.
Este edificio está destinado a caer con el tiempo, sin importar cuántas personas resulten lastimadas en el proceso. Las sorpresas abundan en estructuras como estas, y nunca se sabe cuánto tiempo durarán ni cuántas personas afectarán. Imagina la ilusión que pone una persona al lograr una meta, como comprar una propiedad, solo para caer en la trampa de ver cómo sus ilusiones se desmoronan.
En algunos casos, estas circunstancias nos ayudan a seguir mejorando, pero en otros simplemente nos siguen derrumbando, como esos edificios construidos con bases de mentiras. Por ello, es crucial prestar mucha atención a lo que intentamos enseñar en este libro resumido con el título “La mentira forma parte de nosotros, pero solo la verdad nos hará libres”.
Permíteme comenzar con una historia que me hizo reflexionar profundamente sobre este tema. La encontré en una serie, donde una mujer atropella a alguien en medio de la calle, sin percatarse de las circunstancias o consecuencias que traería huir de la escena. Influenciada por su pareja, decide huir y dejar a la víctima en medio de la vía sin oportunidad de verificar si aún seguía con vida.
Esta persona, al ser crédula, decide creer que lo mejor era seguir el consejo de su pareja en ese momento. Sin pensarlo, esta decisión la lleva a un mundo muy oscuro que, a la larga, trae sus propios desafíos. En un lugar de encuentro para personas que han perdido seres queridos, ambas mujeres se conocen sin buscarlo, unidas por el destino. Esta conexión desencadena un mundo lleno de amor pero también de mentira, ya que establecen una amistad desde el principio, sin saber que una es culpable de la pérdida que la otra está experimentando.
Me encantó porque el argumento muestra cómo el destino siempre entrelaza a las personas para encontrar de alguna manera una solución. Personalmente, soy una persona muy espiritual, y eso me hace creer que la solución siempre está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, depende de nuestras creencias encontrarla. Sé que se están preguntando qué pasó con la historia. Lamentablemente, para conocer más, tendrás que leer hasta el final. Mi intención no es que te centres en la vida de los demás, sino en tu propia vida.
aprendiendo con Cuando analizo diversos aspectos de mi vida, noto cómo la mentira ha formado parte de ella. De igual manera, veo cómo se integra en la vida de todos; no podemos juzgar a alguien por ello, ya que todos somos culpables de convertir, en ocasiones, una mentira en una verdad sin fundamentos, destinada a caer. Sin embargo, tampoco podemos negar que, en muchas ocasiones, la mentira nos ha ayudado a salir de apuros y, sobre todo, a mejorar aspectos de nuestras vidas.
Sin darle demasiado crédito, puedo decirte que este escrito no está destinado a ser una ilusión de que dejaremos de mentir, ya que la mentira está arraigada en nosotros, como el ADN que fluye por nuestra sangre. Pero sí podemos ser conscientes de cuándo debemos detenerla para avanzar en el camino y lograr nuevos retos en la vida.
Podemos encontrarnos con personas que, al leer esto, simplemente excusarán sus mentiras pensando que no afectan a nadie y solo les otorgan beneficios sin consecuencias. Recuerdo una mentira personal que podría ilustrar este caso. En mi país de origen, la mentira es una herramienta omnipresente en cada rincón, y cada individuo encuentra una excusa para mantenerla viva como una herramienta de supervivencia.
No obstante, esto hace que se propague como ondas en el agua después de lanzar una piedra. No podemos creer que al lanzar esa piedra no veremos un efecto en el agua, de la misma manera en que no podemos creer que no hay un impacto en la vida de los demás, aunque solo parezca ser una onda en el agua.
Recuerdo que al solicitar mi pasaporte, me vi obligado a mentir al retirarlo, ya que el sistema estaba manipulado y obtenerlo se convertía en una odisea interminable. Cuando llegó el pasaporte a la embajada, el sistema no me permitía hacer una cita para recogerlo, y yo ya tenía un viaje planeado con pasajes comprados y la planificación lista. A pesar de estas circunstancias, el sistema no consideraba este tipo de acciones.
Decidí dirigirme a la embajada para obtener el pasaporte, aunque sabía que estaba en el lugar, también sabía que no tenía una cita para retirarlo. Sin embargo, eso no me impediría decir una mentira para obtenerlo. Después de consultar con varias personas, todas me dieron respuestas lo suficientemente firmes como para tomar una decisión: mentir sobre los hechos.
Creé un escenario falso donde un familiar estaba grave en otro país, y para respaldar mi historia, necesitaba documentos. Modifiqué una carta de salud del país de destino que me facilitó un familiar, cambiando nombres para afirmar que tenía un pariente enfermo y, por lo tanto, necesitaba el pasaporte para viajar. Aunque el pasaporte ya estaba en la embajada, solo tendría que explicar que solo faltaba el pasaporte en mis manos, para poder viajar al destino.
Fue una mentira en la que aparentemente no afectaba a nadie ni complicaba los problemas de la embajada. Sin embargo, a la fecha, no sé a quién pudo perjudicar. Esto me recordó un pasaje en la Biblia donde una mujer engañaba a su marido y la ley exigía que fuera apedreada. Jesucristo, al ser consultado, respondió que aquel que estuviera libre de pecado lanzara la primera piedra. Uno a uno, abandonaron el lugar, dejando a la mujer libre de la ley. Jesús le dijo que no la juzgaría, pero que no pecara más.
Aunque pueda sonar paradójico, este episodio me concedió la libertad para no juzgar a los demás, ya que mi acto no era puro. Después de llegar a la puerta de la embajada y decirme que no podía ingresar sin una cita, un hombre en el fondo de la entrada me llamó y, al iniciar la conversación, experimenté un sentimiento como si realmente tuviera a un ser querido enfermo. Esto permitió el paso sin revisar la documentación para la entrega de mi pasaporte.
No estoy orgulloso de mi mentira, pero tampoco puedo negar la satisfacción de lograr mi objetivo y viajar sin inconvenientes. Al analizar sin justificar mi mentira, puedo decir que todo comenzó con una mentira, ya que el sistema de la embajada está diseñado para propiciar este tipo de situaciones. Todo, desde la solicitud hasta la entrega, estaba manipulado para la mentira. Escuché a delegados y personal hablar sobre cómo condenaban el pago por una cita, pero al mismo tiempo participaban en esas acciones. No lo digo para juzgar al sistema en ese lugar, ya que, como mencioné antes, ¿quién soy yo para lanzar esa piedra?
aprendiendo con Es fascinante adentrarnos en la comprensión de un tema tan profundo como la dualidad entre la verdad y la mentira. Al principio, puede resultar difícil entenderlo completamente, pero al final del libro, esperamos llegar a una comprensión más clara de lo que está sucediendo. Profundicemos aún más en este asunto.
Según la Biblia, todos fuimos condenados por la mentira desde el principio, cuando, al comer un fruto prohibido, incurrimos en esa condena. En mi análisis personal, considero que la mentira es nuestra propia condena, ya que nos ha hecho incrédulos tanto en la verdad como en la misma mentira. Esta paradoja ha forjado nuevas formas de pensar.
Recuerdo una parábola bíblica que quiero mencionar: la parábola de la cizaña en el Evangelio según Mateo (13:24-30). En esta parábola, se compara el reino de los cielos con un hombre que siembra buena semilla en su campo. Mientras los hombres duermen, su enemigo siembra cizaña entre el trigo. Cuando la hierba crece, aparece la cizaña. Los siervos sugieren arrancarla, pero el dueño decide dejar crecer ambas hasta la siega, momento en el cual se recoge primero la cizaña para quemarla y luego el trigo en su granero.
Esta parábola enseña sobre la coexistencia del bien y el mal en nuestro interior y cómo serán separados al final de los tiempos. La mentira no tiene una base firme que sostenga su propio peso, y esto permite que se den cabida a creencias que, aunque carecen de fundamento, se conservan como si fueran noticias actuales.
Cuando leo pasajes de la Biblia y escucho las enseñanzas de Jesucristo, encuentro una verdad firme, cuyas bases se mantienen sólidas con el tiempo. Me he preguntado cómo se sostienen estos temas si la incredulidad forma parte de nuestras creencias. La mentira, al regalarnos un campo protector, nos hace incrédulos en muchos temas, y a menudo las personas argumentan que estos contenidos fueron escritos por el hombre.
Con el tiempo, dejé de luchar para que las personas creyeran, ya que entendí la libertad que Dios otorga a la humanidad, conocida como el Libre Albedrío. Esta libertad nos permite fluir según nuestras propias creencias, y es así como determinamos nuestro destino en gran medida. En mi caso, hablar sobre este tema es fácil ahora, pero en el pasado mis creencias no eran sólidas, lo que permitía que la mentira dominara mi corazón. No me refiero a decir mentiras, sino a vivir con una venda en los ojos, enfrentándome a un mundo complicado lleno de dolor y sufrimiento. La mentira ha logrado ocupar un espacio que nos lleva a ser incrédulos, con el fin de evitar desilusiones. Sin embargo, al mismo tiempo, nos priva de lecciones que podrían facilitar nuestro camino en la vida.
Hoy, aunque sigan ocurriendo hechos dolorosos, ya no veo la vida de la misma manera. He aprendido a vivir con la verdad y la mentira al mismo tiempo, sin que ello me cause perturbación. Simplemente dejo que fluyan y me aferro a lo que mi ser interior cree que le conviene. No puedo afirmar con certeza que la historia de Jesucristo sea verdad, pero puedo decir que esa verdad reconforta cada día de mi vida. Mientras más me aferro a ella, más plena se vuelve mi existencia.
aprendiendo con
No quiero extender este contenido más de lo necesario, pero es crucial reflexionar sobre ello. Imagina cerrar los ojos y caminar por un sendero; lo más probable es que te tropieces y te lastimes, y difícilmente podrías guiar a otra persona en ese sendero. Este dicho es bíblico: “Un ciego no puede guiar a otro ciego”. No obstante, esto no significa que un ciego no pueda ayudar de alguna manera. Quiero transmitirte que este tema es lo suficientemente amplio como para entenderlo, pero también es algo que todos experimentamos y compartimos.
Mi recomendación personal es que evites la mentira. Sin embargo, ¿cómo podría decir eso cuando en diferentes ocasiones he utilizado esa técnica para llegar a mi destino? Pero puedo afirmar que el amor tiene el poder de sanar todas las heridas. Donde hay mentira, lo mejor es permitir que el amor interfiera en esas ocasiones. Procura mantener viva la llama del amor en tu corazón para que la mentira no alcance a nadie y no lastimes a otros por solo estar pensando en ti.
Existen heridas que no sanan aunque no se mencionen en este escrito, y esto se debe a que una mentira es una base hueca. Por más que intentemos evitarla, nos puede afectar en cualquier momento. Por eso, Jesús siempre destaca que la verdad nos hará libres, ya que una verdad puede abrir puertas y caminos que nunca se abrirían si la base es la mentira. Regalar amor, es una de las base fundamentales para apartar todo aquello que hace daño y entre la base fundamental se encuentra este proposito, que es mentir para generar en los de mas una incredulidad entre las personas y asi evitar que el mensaje de la verdad pueda llegar a mas personas, cuando Jesucristo enseña sobre la sanacion, nos muestra como la Fe es la base para encontrar todo aquello que estamos buscando, pero puedo mencionar que esa base es una realidad que hoy se aplica, pero sin importar cuanto se ha demostrado sobre la Ley de la Fe, muchas personas sufren sin creer que este principio puede ser una ayuda para su sufrimiento, en estos casos te permito el Libre albedrio, pero la verdad es que eso puede evitar mucho dolor y sufrimeinto en el camino, porque en él la mentira no prevalece. Cuando caminamos con la verdad, podemos reconocer que la incredulidad deja de formar parte del oyente, ya que tu verdad puede tocar el corazón de muchos.
Al redactar este contenido, lo he hecho con el corazón abierto y con la intención de privilegiar la verdad sobre las mentiras. Solo espero que este material pueda serte de ayuda, ya que está concebido para subrayar la importancia de la verdad y, sobre todo, cómo el amor constituye su base fundamental. Sin importar cuánta mentira pueda existir en nuestras vidas, siempre hay la posibilidad de un reinicio cuando creemos que esta no debe ser la base de nuestra existencia.
Motivando a construir una vida mejor.
Escrito por: Jesús Martínez.












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